miércoles, 27 de octubre de 2010

Las Canciones Perdidas en el Océano

Las Canciones Perdidas en el Océano

Había un Rey, que era un rey muy bueno en música y que además su música le gustaba a todos:Les subía el ánimo y los que trabajaban para el Rey estaban encantados de trabajar en el castillo, porque podían oír su música.

El castillo tenía vistas al mar, era precioso y con la puesta de sol, se reflejaba la luz en esa inmenso Océano.

Le inspiraba mucho la Luna, cuando se ponía delante de la Luna y cogía un instrumento o su pluma inspiradora y su libreta especial, se le ocurrían muchas canciones. Tenía una libreta enorme llena de canciones hermosas.

Por la noche, ya tarde, encendió la luz y se encontró con un gigante marciano morado y su gato acuático, entonces el Rey les invitó, a su jardín, y, el gato tiró el jarrón de la suerte del Rey y él se enfadó tanto, que se dio con su naranjo en la cabeza.

Por el golpe se inspiró y le pregunto al gigante marciano su nombre, se llamaba Tukalán y era de Júpiter.

El Rey le dijo a Tukalán que se llevara a su gato a su casa y que él se fuera con él a bañarse en el Océano.

Tukalán lo hizo tan rápido que no le dio tiempo al Rey ni de decirle adiós.

Se divirtieron mucho y cuando se iba a marchar Tukalán, se encendió una luz a lo lejos. Era una luz muy misteriosa porque cambiaba de color , se fueron acercando y mientras más andaban más cerca estaba, y cuando estaban a un paso de la luz, vieron que era el espíritu de el gato, que se había muerto, el gato les hablaba pero ellos no le entendían.

El espíritu no se machaba pero tampoco quería que Tukalán, se fuera entonces dijo Tukalán:
-Ven tú conmigo y vamos a intentar pasar.-le dijo al Rey.

Así lo hicieron y cuando pasaron, a Tukalán le dio pena su gato y le dijo que no se preocupara que seguro que era un sueño.

Mientras más se alejaban más miedo le daba al gato estar solo en el fondo del océano.

Al final se fueron a la casa de Tukalán y efectivamente la sangre estaba en el suelo, se le había caído un cuchillo encima y se había muerto.

Tukalán empezó a llorar, pero él no sabía que eran esas lágrimas, decía que era una sensación extraña.

Tukalán le dijo que como era de noche que se inspirara con la Luna y así lo hizo entonces se empezaron a desahogar con sus canciones.

Una noche sentados en el jardín vino a sus oídos una canción que les era familiar, el Rey se puso a recordar y fue a mirar su libreta de canciones, y, no estaba donde él la dejo.
Llamó a Tukalán y le dijo que se asomara al transatlántico que estaba hundido en su jardín.
Así lo hizo y vio a su gato con otro grupo de gatitos y unas hojas en sus manos, se lo dijo al Rey y fueron en busca del gato de Tukalán.

Ellos no entendían al gato, pero el gato si les entendía a ellos, entonces ellos le preguntaron qué eran esas hojas, los gatitos se las enseñaron y vieron que eran las hojas de la libreta de canciones del Rey, entonces el Rey preguntó qué por que las tenían ellos y le respondieron que se las encontraron, pero se lo dijeron por signos por que las personas no entendían a los gatos.
El Rey le dijo a los gatos, que se podían quedar con las canciones si hacían un pequeño coro todas las noches, y ellos dijeron que sí.

Mª Victoria Ramos 1º E y Judit Gutiérrez 1º E

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me llamo Javier Garcia Santiago de 1ºE
y me ha gustado este libro porque es interesante

Jonathan dijo...

Soy Jonathan Martín Pérez, de 1ºC.
Este cuento es algo interesante, aunque también algo fantasioso porque no puedes ver a un espíritu.